martes, 29 de julio de 2008

SOS TAN INOCENTE

Sos tan inocente de lo que a mí me pasa,
que tu culpabilidad ignorada me castiga.
Me acostumbre tanto a tu abandono,
a tu adiós incierto,
al dolor de ahora,
leve pago por haberte perdonado.

Sos inocente, sí;
jamás pensaste que mi alma
había levantado el vuelo.
Nunca creíste que mi libertad
había corrido hacia ti.
Seguiste el camino,
olvidando de pronto lo andado.

Será por tu olvido
que no eres culpable.
Será mi memoria
la negada inocencia.
Quizá por tu adiós
estás ahora tan lejos.
Por el mismo adiós
que yo me he quedado.

lunes, 28 de julio de 2008

DE REOJO

Me mirabas, sí,
de reojo como no queriendo.
Te miraba, si,
por debajo del arco de mis parpados.
Nos encontramos, sí,
en la complicidad de alguna esquina:
La de nuestros ojos.

Me mirabas en el filoso silencio de los ángulos.
Te miraba en el descanso de las curvas encontradas.
Estábamos tan cerca,
asaetando nuestros deseos,
tan distantes en el miedo.

Me miraste una vez más
y muchas otras.
Te miré
durante tantas notas,
que la radio se cansó
de nuestro silencio y,
en un “nos veremos”…
nos miramos de nuevo,
de reojo,
afilando en el adiós al tiempo.

viernes, 25 de julio de 2008

EGO

Giro como un derviche,
te pierdo,
me pierdo
el centro,
dentro,
ego,
yo.

Voy hasta mí,
te olvido,
mareo
silencio,
horizonte,
ego,
yo.

Distancia infinita,
círculo sacro,
desvanezco,
flaqueo,
caigo,
ego,
tú.

Respiro,
ego,
tú.

Sueño,
ego,
tú.

Vivo,
ego,
tú.

Muero.
ego,

martes, 22 de julio de 2008

AL BAJAR EL SOL

Me gusta ver caer las tardes,
recobrando amaneceres;
romper el tiempo en diez instantes
y encontrar en cada uno
cien años inútiles,
que me devuelvan un segundo mío.
No es partición
sino multitud,
espacio amplio para mis seres todos
en la hora que las cosas
pierden sus contornos
y puedo fundirme sin resquebrajos.
Tiempo ya,
que anuncia el oscuro,
para empezar a despojarnos de los nombres
y volver a ser tierra,
hambre y deseo;
hora de sabernos
incandescentes hombres.

ARITMÉTICA

Tú y yo, aritmética sin sentido;
multiplicación de cuatro por cuatro,
paredes vacías que
en el juego numerario,
agrandan el espacio
hasta dejar de contenernos.
Suma, donde uno más uno
siguen siendo dos;
restándonos la posibilidad
de un verdadero encuentro.

Tú y yo,
división de nuestros momentos,
que multiplican las inconclusas soledades,
sin la integral posibilidad de encontrarnos,
derivando el simple hecho
de seguir buscándonos.

Tú y yo, aritmética sin sentido.

LOS ELEMENTOS

Recordarte es saber del viento,
encontrar tu piel bajo el lino suave
y exaltar al cuerpo
que tímido se esconde
tras los pliegues
del textil ligero.

Recordarte es saber del agua,
del claro sudor
que recorre geografías,
transparencia inmune
de tu secreto,
emanando insomne
en tu recuerdo.

Recordarte es saber del fuego,
apretar el fuelle
con redoblado esfuerzo
y entender entonces,
que en ti
se enfrió el desierto.

Recordarte es conocer la tierra,
saberla fértil,
de estaciones cierta,
que revive sólo
cuando yo la riego.

Recordarte es saberse solo,
solo con los cuatro elementos;
saberse, sí,
tierra, viento,
agua y fuego,
y escapar entonces hacia dentro.

SIMPLEMENTE AMOR

Ayer, como siempre,
te vi esquivarme
y como otras veces,
me senté a saberme sólo
y pensar en ti.

Amor, amor sin nombre,
ni rostro
que sabes marcharte
antes de mí
para volver después de todo
y encararme
en mi andar las soledades.

Amor de recuerdos y esperanzas,
de ilógicos “Platones” y reminiscencias;
estancado poder
que pudre por dentro
las flores de otro tiempo.

Amor de nuncas para siempre;
amor de “aquí” al que no se llega;
esquivo de nuevo y nuevamente;
recordando la constante del universo,
girar y circular en uno mismo,
para crear la espiral de la vida.
Ascenso y descenso sin dolor premeditado,
torbellino que arrasa solamente el alma.

Amor sin mí, amor ajeno,
amor de lejos, amor literario,
amor fraterno, descargado de heridas,
amor divino, omnipotente en su peso,
omniausente y desconocido,
amor palabra, sin significado lingüístico,
sin etimología, ni filosofía;
amor soberbia de mi propia ausencia;
amor silencio;
amor ciego;
amor sin dirección,
sin tiempo,
amor,
simplemente amor.

QUISIERA

Quisiera amar tus ausencias de mí,
encontrarte en la mirada perdida
que lanzas al infinito cuando no me miras.
Saber que te has ido aunque aún sigues conmigo.
Quisiera entender tus silecios tan tiernos,
abrazar tu inocencia dormida,
tus desganos y tus pesadillas.

Quisiera encontrarte a la vuelta de tus palabras;
trastocarte los verbos y besarte las miradas.
Quisiera tanto querer quererte,
que las dudas que te acompañan,
no hacen sino saberte ausente,
cuando yo no puedo más
que presenciar tus presentes.

Quisiera volver al día anterior a tu llegada,
mirarme en pleno el corazón vacío y
poder escribir en él lo que ahora escribo.
Quisiera quererte sin hacer preguntas;
quisiera quererte sin tener respuestas.

TANTO Y NADA

Soy tan ayer como tu pasado inmediato,
tan palabra como tu silencioso olvido,
tan deshabitado como tu amplio espacio,
tan sin embargo y tan sin ti,
que ya no puedo ser el que no soy,
para que el tanto deje de serlo
y escaseen en mí los adjetivos.

Soy, sin embargo, tan alto como tus ilusiones,
tan ancho como tus recuerdos,
tan fieramente atrapado por ti,
que tu libertad se vuelve a mí
incansable de tantos y tantos,
esbelta como la primavera del norte.

Y soy ya, entre tanto y tanto,
tan bosquejo de mí por ti y
tan luna inacabada de cualquier tiempo,
que tantos "tanes" y "tantos"
me resultan en una nada tan nada,
que de tan nada
se me ha vuelto un tanto.

Lucas, pastor de sueños

Lucas mentía como los escritores que crean ficción, sin daños colaterales.  Hijo y nieto de pastores, nació en un pueblo de las montañas de ...