lunes, 28 de julio de 2008

DE REOJO

Me mirabas, sí,
de reojo como no queriendo.
Te miraba, si,
por debajo del arco de mis parpados.
Nos encontramos, sí,
en la complicidad de alguna esquina:
La de nuestros ojos.

Me mirabas en el filoso silencio de los ángulos.
Te miraba en el descanso de las curvas encontradas.
Estábamos tan cerca,
asaetando nuestros deseos,
tan distantes en el miedo.

Me miraste una vez más
y muchas otras.
Te miré
durante tantas notas,
que la radio se cansó
de nuestro silencio y,
en un “nos veremos”…
nos miramos de nuevo,
de reojo,
afilando en el adiós al tiempo.

1 comentario:

Anaislibre dijo...

Un final excelente, con toda la intensidad de una despedida que el poema no auguraba en sus primeros versos.

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