Sos tan inocente de lo que a mí me pasa,
que tu culpabilidad ignorada me castiga.
Me acostumbre tanto a tu abandono,
a tu adiós incierto,
al dolor de ahora,
leve pago por haberte perdonado.
Sos inocente, sí;
jamás pensaste que mi alma
había levantado el vuelo.
Nunca creíste que mi libertad
había corrido hacia ti.
Seguiste el camino,
olvidando de pronto lo andado.
Será por tu olvido
que no eres culpable.
Será mi memoria
la negada inocencia.
Quizá por tu adiós
estás ahora tan lejos.
Por el mismo adiós
que yo me he quedado.
La única intención es crear, crear todo lo que sea posible y compartirlo con otros creadores. Este es un taller de puertas abiertas.(Pintura, escultura, textos, fotografía, objetos, etc.)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lucas, pastor de sueños
Lucas mentía como los escritores que crean ficción, sin daños colaterales. Hijo y nieto de pastores, nació en un pueblo de las montañas de ...
-
Julia se sentaba algunas tardes en la mesa del jardín para fumar un cigarrillo y recordar. Enviudó 4 años antes y ahora sabía que le queda...
No hay comentarios:
Publicar un comentario